Para ir a clase en bici, me veo obligada a vestir esa chaqueta rompevientos que me queda enorme -porque ni es mía-, hay días en que me toca buscar ropa más calurosa para no volver a casa con escarcha en los dedos, el pronostico del clima realmente no es muy alentador, desde que se hable de cielos nublados, lluvias y mínimas entre siete y ocho grados.
Ojalá esta espera termine rápido porque ya me está agobiando la nostalgia de esa cuidad en que todos los días veías en cada esquina un puesto con frutas de colores, árboles floreciendo, gente sonriendo al sol y una chica tonta que caminaba con los ojos cerrados por una vereda repleta de árboles con hojas.
Evidentemente esta foto fue tomada en pleno centro de Medellín. Cortesía de Cata |
Realmente están que me salen frases por todas partes para llamarla sino es que canto dulce embustera la maldita primavera, y no precisamente por líos de amores, sino porque esa niña traviesa sigue ocultándose, solo se hace presente de nombre, el vestido que trae no es de flores sino de nubes y arroyos de invierno.
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