miércoles, 30 de octubre de 2013

Contaminación visual: el proceso electoral y la invasión de propaganda política

La demora era salir a la calle para darse cuenta que los argentinos estaban siendo llamados a las urnas y de qué manera señores, desde un socialista que tenía como slogan "un país normal" de un color naranjado fofo en grandes vallas y pasacalles, y que a mi por falta de aerosol no me dio para hacerle un bigote tipo Hiltler; pasando por un candidato de nombre que te da risa "Seba-Artola" que se hacía propaganda con la foto de la presidenta Cristina, como quién dice, "yo hago lo que Tina me diga" (cosa que me recordó los episodios de las elecciones colombianas donde los candidatos se hacían propaganda con Uribe para que la gente vote a una persona y no a una idea).

También se veía pasar por la calle a un gran carro tipo bomberos con la cara de una tal "Anita",que tenía empapelada a la mitad de la ciudad con propaganda de color amarillo, luego venía un facho de verdad según me comentó un compañero de clase cuyo nombre no quiero recordar, ese era Miguel del Sel con una sonrisa de político corrupto que no podía con ella. También se veia por el resto de la ciudad grandes carteles y pendones con caras de políticos pidiendo votos, incluso uno de ellos salió a regalar claveles rojos y blancos el día de la madre (que aquí se celebra el tercer domingo de octubre) dándoselas de muy romántico.

Se llegó el día de las elecciones y yo le di gracias al universo porque al fin iba a dejar de ver esa publicidad política tan excesivamente invasiva, ese día salí con uno de mis compañeros de hogar a acompañarlo a cumplir con "su derecho al voto", oigase bien, cumplir con su derecho, porque así es la política uno no exige sus derechos sino que cumple con ellos de modo que se convierten en una carga más que en una garantía.
Entramos a una escuela a buscar la mesa donde al respectivo sujeto le correspondía votar, y resultó que las mesas instaladas allí cubrían hasta los apellidos que comenzaban por la "m" lo que nos hizo preguntrale a medio mundo donde votaban los Valentini, así que tocó ir a otra escuela a tres cuadras a buscar una mesa en que apareciera en una lista su apellido y nombre con DNI en mano, al fin mostró su DNI con foto sin barba , no puso huella dactilar en ningún lado y le entregaron un lapicero para que entrara en un salón de clases con las ventanas tapadas con cortinas negras denominado "cuarto oscuro" para que marcara un indeterminado número de tarjetones electorales, y a la salida del dichoso cuarto oscuro que me imaginé como un lugar donde te bloquean los sentidos para que elijas inconscientemente algún político disfrazado de corderito.

Hasta hoy no he investigado quienes salieron electos como ediles ni diputados, lo único que se es que pronto en lugar de ver sus caras empapelando la ciudad, voy a empezara a ver los efectos de la aplicación de sus ideas políticas. 

1 comentario:

. dijo...

Ah! Muy buena entrada AyC, gracias :)