Comparas el vino con el aguardiente, las empanadas de capresse con las de papa y guiso, el choripan con el chorizo montañero, el locro con el sancocho, el bambuco con la chacarera, el porro con la cumbia santafesina, el merengue con el cuarteto cordobés, el salón málaga con el bar la chamuyera, el paraná con el cauca y no paras.
Estás en todo tu derecho de preguntar, aunque en ocasiones tus preguntas me carcomen el cerebro de tanta repetición a tal punto pareces una grabación y yo parezco un ser digno de ir al psiquiatra.
Mi patria, es una princesa de cuento de hadas que anda merodeando por las calles del sur cerca de tiendas de helado, se desparrama por ahí tan imperceptible, trepa de los árboles y se ondonea, el otro día me la crucé, la reconocí porque me pidió que le ayudara a subir a un árbol del centro, he vuelto a pasar por la calle dónde me encontré con ella la última vez pero no la vi.
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