miércoles, 10 de junio de 2015

Patria


Me preguntarás cuál es mi patria, de dónde salió el tricolor que la pinta, cómo no confundir su imagen con esas que se visten tan parecido a ella, qué hacer con esa tonada que cambia de una altura a otra, cómo hablar de ella sin hacer referencia a polvos blancos, mar azul, flores verdes,  ferias de taurinas, cultivos de todos los colores, plazas de mercado, parapresidentes, shakiras, escobares, garcía marquez, faruchos, paracos, fundaciones, gente del campo en la ciudad, tratados de libre comercio, perros sin dueño, mulas de carga, balas perdidas, huérfanos por una bala, tres niñitos ricos, examen de admisión para ir a la universidad, filas eternas en los hospitales, multinacionales, bases militares, visa para ir a todas partes, iva sobre todo, libros caros, vallenato, cumbia, porro, champeta, joropo, sanjuanero, bambuco y guaneña.

Comparas el vino con el aguardiente, las empanadas de capresse con las de papa y guiso, el choripan con el chorizo montañero, el locro con el sancocho, el bambuco con la chacarera, el porro con la cumbia santafesina, el merengue con el cuarteto cordobés, el salón málaga con el bar la chamuyera, el paraná con el cauca y no paras.

Estás en todo tu derecho de preguntar, aunque en ocasiones tus preguntas me carcomen el cerebro de tanta repetición a tal punto pareces una grabación  y yo parezco un ser digno de ir al psiquiatra.

Mi patria, es una princesa de cuento de hadas que anda merodeando por las calles del sur cerca de tiendas de helado, se desparrama por ahí tan imperceptible, trepa de los árboles y se ondonea, el otro día me la crucé, la reconocí porque me pidió que le ayudara a subir a un árbol del centro, he vuelto a pasar por la calle dónde me encontré con ella la última vez pero no la vi.


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