Durante los últimos días Rosario se ha convertido en una ciudad peligrosista en su término criminológico, pues el gobierno nacional encabezado por Cristina Fernandez ha decidido enviar toda una bandada de policías federales que inundan la ciudad con sus autos multiparachoques, con luces que te dejan ciego cuando pasas en bici cerca de uno de ellos o simplemente te los cruzas en la calle a cualquier hora.
Estos personajes con traje negro tipo "robocp", se paran en combo de tres por uno en las esquinas de las principales calles de la ciudad, haciendo una suerte de exhibición -como quien dice "aquí estamos armados hasta los dientes"- y por supuesto parando indiscriminadamente a quien se les atraviese por la vista sin orden judicial previa y realizando una requisa exhaustiva, para después dejar ir a los retenidos con temor, esto con el único fin de seguirse mostrando en lugares concurridos y generar un estado de peligro en la gente.
A mi la verdad, no me gusta ver tanta policía en las calles, son una suerte de contaminante visual que hiere la vista y hace pensar en peligro inminente, llenar una ciudad de policías no es igual a llenarla de escuelas con buenos maestros, el resultado a todas luces será distinto, no hay que buscar un país que castigue "malas acciones" sino que sepa prevenirlas desde las escuelas.