El invierno este año, duró mucho menos de lo que me esperaba, no se me helaron los huesos como ocurrió el año pasado cuando me la pasaba enclaustrada casi todo el tiempo; ahora, ha retornado la primavera, otra vez están los árboles verdes, hay frutas para comer y llueve a cántaros.
Ahora veo que entre cambio y cambio de estación las cosas se van tornando de diferentes matices, siento que respiro distinto, por un momento creí haber estado atrapada por el estrés, el caos de la ciudad, la inseguridad, las noches de vino y espanto, los mosquitos, las peleas, los ojos desorbitados; pero hoy estoy de regreso, he vuelto con la primavera, para ser mas precisa, me trajo la tormenta que cayó esta tarde y me hizo recordar lo bello de reencontrar a la chica de zapatillas de tela humedas y rizos desarmados.
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