Quién lo diría, en Argentina hay carnaval, en principio parecían términos contradictorios, pero eso me pasa por incrédula, aunque tengo mis motivos...el carnaval de aquí nada tiene que ver con el de Barranquilla y mucho menos con el más pintoresco y lleno de tradiciones indígenas que el de Negros y Blancos de Pasto; todo lo contrario, el carnaval aquí es totalmente regio, ordenado, sin baldes de agua, kilos de harina, litros de pintura o toneladas de espuma carnavalera.
Aquí se vive el carnaval de otra manera, se tiene el baile, la murga, el fernet con coca (-cola), número de payasos acróbatas, amigos que se encuentran y hasta amores de carnaval que aparecen de la nada acompañados por cupido, así como ese chico que conocí el día en que fui a ver la murga en que una de mis amigas tocaba los platillos, no cual banda marcial, sino con todo el sabor y la onda del mundo, tanto que la seguí para verla tocar dos veces seguidas y bailar luego un poco de chacarera en ronda.
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Con mis amigas Belén (la murguera oficial) y Pau (la rockstar del carnaval) |
Esa noche conocí a un personaje que me hizo dar mucha risa con su particular forma de presentarse y/o querer cortejar con una colombiana, pues se me acercó, me preguntó que si era colombiana, yo le dije que sí, luego me dice -mucho gusto Lucas, y yo -ah, Marta, y el - Santiago, y yo -no entiendo, no te llamabas Lucas..., a lo que me respondió que si, pero que era de Santiago del Estero, lo causó tanta risa que hasta al recordarlo no puedo evitar seguirme riendo.
La noche terminó, el baile y el sonido de la murga también se acabaron y el amor de carnaval me dijo "sos mi hermosa, nos vemos en el carnaval", creo que fue una alucinación, porque no creo en cupido y menos cuando se viste de mujer, come dulces como un niño y lo lleva a uno corriendo de la mano por entre la gente para comprobar que el amor existe...eso es muy cursi para mi.